Hola a todos mis lectores.
Hoy, por supuesto, les traigo algo de poesía que me dí a la tarea de escribir, aprovechando éstas pasadas “fiestas” patrias, las cuales en nuestra ciudad se vivieron de una manera muy solemne; sí hubo celebración, sí hubo borrachos, sí hubo grito de independencia; pero no hubo desfile el 16 de septiembre, mismo que ha sido uno de los principales atractivos por éstas fechas en nuestra ciudad, ya que, además de la derrama económica que se genera con los visitantes de todas las rancherías cercanas a Nueva Italia, también el desfile se vuelve un pretexto para la convivencia entre todas las instituciones educativas y, sobre todo, de toda la comunidad estudiantil. En fin, todo sea por respetar los ordenamientos de las autoridades que con ello buscaron prevenir atentados, según amenazas del crimen organizado que hicieron llegar por diferentes vías a las mismas.
Traigo, entonces, éstos escritos que seguro les van a gustar; son pequeñas poesías, pero significativas… Próximamente me dedicaré a realizar un video con imágenes de Nueva Italia, diferente al que anteriormente traje con el poema “A Nueva Italia”, que ustedes vieron y por el cual he recibido tantos comentarios tan bonitos.
El Primero que les escribo se llama “Recuérdame, Nueva Italia” y el segundo se llama “Nunca Mártir”, disfrútenlos y no olviden mi correo para los comentarios, es fernandorebollar@hotmail.com......
“Recuérdame, Nueva Italia”
Recuérdame, Nueva Italia,
Cuando el tiempo pase y mi vida desvanezca,
Cuando amar físicamente se me niegue,
Cuando solo, en tu panteón, mi cuerpo, cual ofrenda, yo te ofrezca.
Recuérdame,
A cambio doy mi alma, que no escribe sino canta,
Doy mis pasos incansables por tus calles
Y ésta, mi ilusión, será presencia.
Recuérdame, Nueva Italia,
Que tu aire lleve el eco de mi vida
Y que roce de mi gente sus mejillas
Y, cual hombro, pueda éste sostenerlas.
Recuérdame, Nueva Italia,
Quiero gozar eternamente de tus fiestas,
En tus calles nuevamente desvelarme
Y asistir a tu jardín de tradiciones.
Recuérdame,
Cuando el Cerro de la Cruz sufra el invierno
Y en febrero sin el verde de sus árboles te duela;
Ahí quiero vivir por siempre joven,
Enmudecer con el asombro que me causen tus mañanas
Y contemplar aquél ocaso día tras día.
Recuerda mi pasión y mi coraje,
Que quiero revivir yo toda anécdota;
Aquellas, cuando en júbilo gocé con mi familia
O cuando disfruté de ser rodeado por amigos.
Recuérdame, Nueva Italia,
También alguna vez fui triste
Y encontré en ti la grandeza para poder yo levantarme
Y seguir, sin de mis sueños desprenderme.
Recuérdame,
No dejes que me vaya o desvanezca,
Pues en ti yo encuentro calma, libertad, salud, confianza
Y he aprendido que en la vida muere el cuerpo,
Duerme el alma, pero siempre hay esperanza.
FERNANDO REBOLLAR